Con el verano llegan las dificultades de conciliación para quienes tienen hijos e hijas en edad escolar, ante la necesidad de encontrar espacios donde los menores ocupen el tiempo mientras sus padres y/o madres trabajan. Para las familias en situación de vulnerabilidad social, estos problemas se agravan. «Es el caso de las familias monoparentales, la población inmigrante sin redes familiares de apoyo o las familias con pocos recursos económicos, a las que les supone mayor dificultad poder acceder a espacios o ayudas para el cuidado de los niños».
La guía completa aquí