Desde hace más de un siglo, el primero de mayo se ha convertido en el día de señalar las demandas para mejorar las condiciones laborales a través de alcanzar derechos para las personas trabajadoras.
En el 2024, son todavía muchos los retos, en cuestión de igualdad entre mujeres y hombres, que es necesario afrontar para posibilitar un contexto laboral de igualdad real. En este sentido, cabe señalar que la participación de las mujeres en el mercado laboral es desigual según el ámbito examinado. Así, la segregación horizontal muestra que las mujeres se concentran más en el sector del comercio, hostelería, sanidad, educación y el sector de los cuidados. La consecuencia inmediata es que la concentración de mujeres en determinados sectores o categorías hace que su valoración económica sea peor.
Por otro lado, las condiciones que mantienen las mujeres en el mercado de trabajo también distan mucha distancia con respecto a la de los hombres:
- El 74% de los contratos a tiempo parcial corresponden a mujeres.
- La segregación vertical se hace muy visible por la falta de acceso y promoción a puesto de alta dirección: sólo el 25% de los puestos en los Consejos de Administración de empresas mercantiles están ocupados por mujeres.
- La brecha en los datos del paro se mantiene cerca del 20%, según los últimos datos del SEPE. Es decir, que los datos de desempleo siguen afectando más a mujeres que a hombres.
En definitiva, nos encontramos ante un mercado laboral que genera una brecha salarial entre mujeres y hombres del 15,7% según datos de salarios de la EPA del 2022.
Por último, la brecha en los cuidados conlleva problemas en la corresponsabilidad, un trabajo invisible que supone un sobreesfuerzo en las mujeres porque asumen la mayor parte.