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La trabajadora decidió demandar a la empresa donde trabajaba al sospechar que su sueldo era inferior al de su compañero, con el mismo puesto y funciones. La justicia le ha dado la razón tras comprobarlo en el registro salarial de las empresas. La resolución obliga a la compañía a igualarle el sueldo y a compensarle con 13.000 euros adicionales. Se trata de una sentencia pionera y la primera desde que entró en vigor la obligación de llevar un registro salarial en las empresas. El objetivo de este registro es luchar contra estas desigualdades.

El pasado 13 de abril, en el Real Decreto 902/2020, se implantó una herramienta para obligar a la realización de un registro en el que se valore los puestos de trabajo. El objetivo es que las empresas realicen un diagnóstico interno que permita identificar diferencias retributivas entre géneros. Así se eliminarían las diferencias. El procedimiento de valoración permite realizar una estimación objetiva de los requerimientos necesarios para llevar a cabo cada uno de los puestos de trabajo de la empresa. Se les asigna una puntuación numérica que permite comparar el valor de los diferentes puestos de trabajos.

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