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La conciliación en España ha dejado de ser la eterna asignatura pendiente. La pandemia ha evidenciado una necesidad latente, la de contar con unos horarios laborales que permitan atender la vida profesional y también la familiar. El teletrabajo ha supuesto un avance en flexibilidad, aunque a veces un retroceso en corresponsabilidad dado que muchas mujeres han sido las grandes perjudicadas al soportar una doble carga en los hogares.

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